(339 palabras) M.A. Sholokhov en su novela "Quiet Flows the Don" retrató a un hombre común en el contexto de los acontecimientos históricos mundiales. En el torbellino de guerras, revoluciones, cambios fundamentales en la sociedad, el escritor no pierde de vista a las personas aparentemente poco notables, sus aspiraciones y deseos. El tema de la verdadera patria, el hogar, ocupa un lugar especial en el trabajo, que se vuelve extremadamente importante en un momento en que el viejo mundo está muriendo y sus habitantes están buscando desesperadamente su lugar en esta vida cruel.
Al comienzo de la novela, Sholokhov dibuja ante el lector la vida del personaje principal de la obra, Grigory Melekhov, incluso antes de la guerra. Al describir en detalle incluso los detalles más repulsivos de la vida de los cosacos, el escritor crea la imagen de un universo separado, viviendo de acuerdo con sus propias leyes. En un mundo así, Gregory crece, gana experiencia, comete errores y, al final, forma su clara posición de vida. Es la granja tártara, sus habitantes y la familia Melekhov que son para el héroe un verdadero hogar que ama y aprecia. Pero comienza la Primera Guerra Mundial, y Melekhov, arrancado de su tierra natal, cae en un mundo extraño para sí mismo, lo que le causa asco y malentendidos. Todo esto lleva al hecho de que Gregory, ya durante la Guerra Civil, se está alejando de la lucha, con la esperanza de volver a una vida familiar tranquila. Pero la historia no le da esta oportunidad. El Ejército Rojo viola gravemente la vida de los cosacos, robando y matando civiles, lo que enfurece al héroe. Por primera vez en un largo período de tiempo, encuentra un objetivo claro: proteger su granja, su familia, su estilo de vida, su hogar. Sin embargo, Sholokhov muestra que los sueños del héroe son irrealizables, su esposa Natalya muere, su padre huye de los Rojos y muere de tifus, y finalmente huye de su propia casa, dejando atrás a sus amados hijos y madre. Es en ese momento cuando Gregory se da cuenta de que no tiene a dónde regresar y nada que proteger, llega al punto extremo de su caída, convirtiéndose de un orgulloso cosaco en un bandido ordinario. Al final, incapaz de soportar la separación de su familia, el héroe se rinde a merced de las autoridades para ver al menos brevemente a su hijo.
Sholokhov nos mostró la tragedia de una persona común que, durante tormentas severas y cataclismos increíbles, solo trató de proteger su hogar, pero fue aplastado sin piedad por la rueda de la historia, perdiendo todo lo que una vez amó.